He leído y acepto los términos y condiciones de uso

Una de las mayores mentiras del siglo XXI. El que siempre haya aceptado los términos de uso tras una lectura detallada, siendo plenamente consciente de lo que aceptaba, que levante la mano.

Prácticamente a diario, instalamos aplicaciones en nuestros PCs y smartphones, nos registramos en redes sociales o servicios diversos. Todos estos proveedores de aplicaciones y servicios se cuidan mucho sus espaldas, y no se arriesgan a dejar resquicios legales.
Y nosotros, como usuarios, aceptamos sin saber lo que estamos aceptando. Principalmente, yo diría que por dos razones:

1. Como ya se comentó hace (mucho) tiempo en este mismo blog, o lo tomas o lo dejas. Si quieres hacer uso del servicio, no tienes más remedio que aceptar las condiciones que establezcan.
2. Vivimos estresados. Y no tenemos tiempo que perder leyendo un galimatías, frecuentemente en inglés, que nos va a aclarar poco o nada a qué nos estamos comprometiendo exactamente


Como todos, soy de esas personas que al llegar al paso de aceptar los términos y condiciones y ver ese scroll que parece ser infinito voy directamente a la famosa casilla y afirmo estar de acuerdo con algo que no he leído.

Pero ahora que estoy rodeada de gente que sabe de seguridad y se preocupa por la privacidad, estoy empezando a plantearme cosas a las que antes no les daba tanta importancia.

Así que como usuaria asidua de Google y sus servicios, me he propuesto leer y analizar las condiciones que acepté en su día y que se aplican en unos servicios que utilizo a diario.

Lo primero que me ha llamado la atención es que el lenguaje utilizado no es tan incomprensible y rebuscado como me esperaba. En la mayoría de los puntos, queda bastante claro a qué hacen referencia y qué cabe esperar al respecto. De otros servicios no puedo hablar, pero al menos en este caso, descubrir que se pueden leer y entender sin ser licenciado en Derecho invalida el punto 2 que he mencionado antes.

Algunos puntos que considero merece la pena remarcar:


Tu contenido en nuestros Servicios

Algunos de nuestros servicios te permiten enviar contenido. Si lo haces, seguirás siendo el titular de los derechos de propiedad intelectual que tengas sobre ese contenido. En pocas palabras, lo que te pertenece, tuyo es.

Al subir contenido o al enviarlo por otros medios a nuestros Servicios, concedes a Google (y a sus colaboradores) una licencia mundial para usar, alojar, almacenar, reproducir, modificar, crear obras derivadas (por ejemplo, las que resulten de la traducción, la adaptación u otros cambios que realicemos para que tu contenido se adapte mejor a nuestros Servicios), comunicar, publicar, ejecutar o mostrar públicamente y distribuir dicho contenido. Google usará los derechos que le confiere esta licencia únicamente con el fin de proporcionar, promocionar y mejorar los Servicios y de desarrollar servicios nuevos. Esta licencia seguirá vigente incluso cuando dejes de usar nuestros Servicios (por ejemplo, en el caso de una ficha de empresa que hayas añadido a Google Maps). Algunos Servicios te permiten acceder al contenido que hayas proporcionado y eliminarlo.


El principio suena muy bien, dejan muy claro que lo tuyo es tuyo. Pero luego resulta que estás autorizando a Google (y sus colaboradores, que no he conseguido determinar quiénes son) a usar, reproducir, crear obras derivadas etc. Y seguirán teniendo derecho a hacerlo incluso si tú dejas de usar sus servicios.

Cómo modificar y cancelar nuestros Servicios

Google cambia y mejora sus Servicios constantemente. Por ello, es posible que añadamos o eliminemos algunas funciones o características, o que suspendamos o cancelemos un Servicio por completo.
Puedes dejar de usar los Servicios en cualquier momento, aunque lamentaríamos que así fuera. De igual modo, Google puede dejar de proporcionarte los Servicios o añadir o crear nuevas limitaciones en cualquier momento.

Consideramos que eres el propietario de tus datos y que es importante preservar tu acceso a los mismos. Si interrumpimos un Servicio, en los casos en los que sea razonable, te informaremos con suficiente antelación y te permitiremos extraer la información del Servicio.


No deja de ser curioso que, en cualquier momento y sin justificación previa puedan modificar o cancelar los servicios que ofrecen. Hay quien dice que, siendo gratis no te puedes quejar ante posibles cambios o cierres de servicios (claro que no es gratis, ya que pagas con tus datos). Pero eso no ha evitado por ejemplo el revuelo provocado por el cierre de Google Reader. Al menos parece que han cumplido la parte de avisar con antelación y permitirte extraer la información.

Acerca de estas condiciones

Google puede modificar estas condiciones o las condiciones adicionales que se apliquen a un Servicio para, por ejemplo, reflejar cambios legislativos o en los Servicios. Te recomendamos que consultes las condiciones de forma periódica. Google publicará avisos relacionados con las modificaciones de estas condiciones en esta página. Asimismo, publicará avisos relacionados con las modificaciones que se hagan en las condiciones adicionales del Servicio correspondiente. Las modificaciones no se aplicarán con carácter retroactivo y entrarán en vigor en un plazo no inferior a 14 días a partir de la fecha de su publicación. No obstante, las modificaciones que afecten a nuevas funciones de un Servicio o los cambios que se hagan por cuestiones legales entrarán en vigor de forma inmediata. Si no aceptas las condiciones modificadas de un Servicio, deberás dejar de usar dicho Servicio.

Para acabar, el salvavidas definitivo: todos los usuarios hemos aceptado que los términos aceptados pueden ser modificados unilateralmente (muy importante el “por ejemplo” de la segunda línea: se mencionan dos posibles motivos de cambio, pero no todas las razones que pueden alegar para modificar las condiciones). Y aceptamos que debemos ser nosotros quienes revisemos cada cierto tiempo las condiciones para detectar posibles cambios. Me gustaría conocer una estadística del número de usuarios que sigue esta recomendación… Pero lo hagamos o no, hemos aceptado estas condiciones y ellos tienen la sartén por el mango.

He de reconocer que la lectura no ha sido tan terrible como esperaba, y que no me quedo con la sensación de haber vendido mi alma a Google a cambio del uso de sus servicios. Pero varios de los puntos de las condiciones de servicio de Google remiten a la política de privacidad, a la que también he echado un vistazo y he encontrado bastantes cosas reseñables, pero ese análisis lo dejaremos para otra ocasión, por no extendernos demasiado.

Casualmente, mientras estaba terminando de redactar esta entrada, muy satisfecha por haberme leído los términos y la política de privacidad, me encuentro con esta noticia sobre “algo” llamado PRISM que me genera nuevas inquietudes. ¿Son conscientes o no las empresas del acceso que los gobiernos tienen a la información que manejan? Si los gobiernos pueden acceder a ella sin consentimiento de las empresas ¿para qué sirve tanta política de privacidad, tantos términos de uso y tantas condiciones a aceptar?

Y lo más importante: ¿qué podemos hacer nosotros, como usuarios de a pie, para proteger nuestra información y nuestros datos?

Fuente: Security at Work

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