La seguridad nuclear del mundo aún depende de disquetes: ¿por qué?
Hace años que no veo ni toco un disquete. Seguro que la mayoría de
ustedes tampoco lo han hecho. En tiempos de nubes, tarjetas SD de
gigabytes de capacidad y conectividad constante, el venerable disquete
ha quedado bastante relegado. Primero por el CD, que con sus 700 MB de
almacenamiento equivalía a una torre de disquetes de casi 2
metros, Luego el DVD, el Blu-Ray, las memorias USB, las tarjetas y la nube multiplicaron el almacenamiento en una fracción del tamaño.
De hecho, hay un chiste al respecto rodando por ahí en internet:
Resulta que los viejos discos todavía tienen demanda. Y de nadie menos que la fuerza nuclear estadounidense, una entidad adscrita al Departamento de Defensa que controla el arsenal atómico de ese país. Según un informe reciente del Pentágono, esa entidad “aún usa discos de 8 pulgadas en un sistema antiguo que coordina las funciones operacionales“.
Ojo: son discos de 8 pulgadas. Son dos generaciones antes del disco plástico de 3,5 pulgadas y 1,44 MB, que es el que quizá algunos alcanzamos a usar. Son casi tan grandes como una hoja de tamaño carta, fueron presentados al mercado en 1972 y, en sus versiones más avanzadas, tuvieron una capacidad de 1,2 MB.
¿Por qué pasa esto? Se debe a varios factores. Primero, a que es muy complicado reemplazar adecuadamente los sistemas de misión crítica por tecnologías más nuevas que tengan el mismo estándar de seguridad y confiabilidad. “Es una tecnología buena, antigua y apropiada, que sí funciona y está probada. A menudo, leemos discos de hace 40 años y están como nuevos“, explicó a la BBC Kevin Murrell, experto del Museo Nacional de la Computación en el Reino Unido.
De hecho, según Murrell, las generaciones que vinieron no tienen los mismos niveles de confiabilidad. Los CD sufren con la humedad, y la nube no es apropiada para algunos usos críticos: montar una infraestructura online confiable y segura –estamos hablando de bombas nucleares, nada menos– complica mucho más la cosas.
Verbatim, una de las pocas firmas que aún fabrica discos de 3,5 pulgadas, le dijo a la BBC que aun despacha miles de disquetes cada año. Aunque la cifra palidece frente a la de finales de los noventas, de todos modos deja claro que aún hay demanda.
Fuente: Enterco
De hecho, hay un chiste al respecto rodando por ahí en internet:
Resulta que los viejos discos todavía tienen demanda. Y de nadie menos que la fuerza nuclear estadounidense, una entidad adscrita al Departamento de Defensa que controla el arsenal atómico de ese país. Según un informe reciente del Pentágono, esa entidad “aún usa discos de 8 pulgadas en un sistema antiguo que coordina las funciones operacionales“.
Ojo: son discos de 8 pulgadas. Son dos generaciones antes del disco plástico de 3,5 pulgadas y 1,44 MB, que es el que quizá algunos alcanzamos a usar. Son casi tan grandes como una hoja de tamaño carta, fueron presentados al mercado en 1972 y, en sus versiones más avanzadas, tuvieron una capacidad de 1,2 MB.
¿Por qué pasa esto? Se debe a varios factores. Primero, a que es muy complicado reemplazar adecuadamente los sistemas de misión crítica por tecnologías más nuevas que tengan el mismo estándar de seguridad y confiabilidad. “Es una tecnología buena, antigua y apropiada, que sí funciona y está probada. A menudo, leemos discos de hace 40 años y están como nuevos“, explicó a la BBC Kevin Murrell, experto del Museo Nacional de la Computación en el Reino Unido.
De hecho, según Murrell, las generaciones que vinieron no tienen los mismos niveles de confiabilidad. Los CD sufren con la humedad, y la nube no es apropiada para algunos usos críticos: montar una infraestructura online confiable y segura –estamos hablando de bombas nucleares, nada menos– complica mucho más la cosas.
Los disquetes seguirán en funcionamiento hasta 2020También ocurre que en muchas industrias ocurre que el proveedor original ya no existe y el sistema instalado funciona a la perfección, así que no hay necesidad ni opción de cambiarlo. En otras ocasiones, son computadores hechos a la medida para tareas específicas, y el proceso de reemplazarlos es engorroso y tiene pocos beneficios para la operación. De hecho, el Pentágono anunció que solo hasta 2020 dejará de usar estos discos.
Verbatim, una de las pocas firmas que aún fabrica discos de 3,5 pulgadas, le dijo a la BBC que aun despacha miles de disquetes cada año. Aunque la cifra palidece frente a la de finales de los noventas, de todos modos deja claro que aún hay demanda.
Fuente: Enterco
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